viernes, 24 de febrero de 2023

Klartelera 23-02-2023

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2 comentarios:

María Isabel Martínez Díaz dijo...

El triangulo de la tristeza.

Ya han pasado semanas desde que la vi y aún aparecen secuencias e imágenes cómo flases en algunos momentos cuándo surgen determinadas noticias diarias o incluso conversaciones de café sobre personas que son buenas o sobre gente que es "mala" por naturalez. Pues sigo pensando que no somos del todo ni lo uno ni lo otro, creo que tenemos un poco de cada cosa y en función del contexto y del momento vital prevalece una u otra faz de nosotros mismos. ¡Ojalá me equivoque y un mundo rebosante de bondad sea posible!

Sobre la peli.

Cuatro películas en una. El hilo inicial que no introduce en la historia es la cosificación que se produce en el mundo de la moda de las personas que trabajan en ella. Aparece reflejada da vertiente masculina de este universo, en el que nos cuentan que la mujer está mejor valorada porque como producto que es, vende más.

Poco después, siguiendo ese rastro, amplia la mirada y se nos muestra con acierto, temas relacionados con el mundo de la pareja, el dinero, el estatus, la maternidad dentro de este ámbito pero que podrían ser trasladables a otras esferas de la sociedad.

Sin cerrar este primer ítem nos traslada, junto a esta pareja, a un crucero de lujo, y a aquí empieza, según mi punto de vista, lo fuerte de la aventura fílmica.

Es cómo si hubiese dado con un filón de ideas geniales y el director (también guionista, Ruben Östlund ) las concentrase en los próximos minutos.

Saca a la luz como las personas somos los seres más complejos y a la vez más primitivos, caleidoscópicos y primarios. Estamos hechos de bien y de mal, de fango y luz. Nadie se libra de evidencia rudimentaria.

En esta parte es una historia más coral y se presentan personajes que serán relevantes para la trama, los rusos ricos, la entrañable engañosa pareja anciana, el capitán del barco, el personal de mantenimiento...

Cuando el rico que paga exige lo que su antojo decide que es conveniente para todo el que está supeditado a su servicio sin preguntar.

El capricho por encima de la humanidad. La ostentación del poder que da el dinero en una sociedad organizada para el halago del que lo posee.

El punto de inflexión: la fisiología la compartimos todos, nos iguala y nos reduce a lo que de verdad somos. Arrebatados los adornos, lo que queda es lo que hay.

Llega el culmen de la trama. ¿Qué sucede cuándo el factor dinero desaparece y la supervivencia depende de aquello que sabes hacer? Entra otro poder en juego y el que lo ostenta, ¿es mejor persona que los anteriores?

Juan Angel Saiz dijo...

Excelentes reflexiones, amiga.