Hola: Sobre el comentario realizado por Juan a raíz de la película “Sirat. Trance en el desierto” donde ponía en cuestión el valor de contestación al sistema a través de las “raves”, o fiestas multitudinarias de música electrónica, cabe hacer una pequeña aclaración. Las “raves” tiene como finalidad la diversión de los jóvenes al margen del circuito comercial convencional. Se debe de tener en cuenta que el circuito cultural convencional forma parte del discurso del poder para instalar su narrativa. En este sentido, un ejemplo significativo es la compra masiva de festivales musicales por parte de entidades cuya matriz esIsrael, la más importante de todas, el fondo israelí KKR: https://www.elcorreo.com/culturas/musica/festivales-gestiona-polemico-fondo-proisraeli-20250517171339-nt.html No dominar estos circuitos representa una amenaza directa contra el establishment, como se pudo comprobar recientemente en el festival de Glastonbury, en el que el cantante Bob Vylan se presentó en el escenario apoyando a Palestina y gritando (coreado por el publico) “death to the IDF” (IDF son las siglas del ejercito israelí). https://x.com/zei_squirrel/status/1939741001431576894 Este concierto está siendo investigado por antisemitismo por el gobierno inglés, y a los artistas que participaron en él se les ha retirado la visa para entrar en EEUU. Por otra parte, la música electrónica de baile representa un amplio abanico de géneros. El “bumbum” mencionado por Juan alude al tecno, originario de Detroit, al House, originado en Chicago o a la electrónica europea y sus diversas ramificaciones (en Valencia, la ruta del Bacalao generó su propio subgénero y se puede decir lo mismo de Ibiza). Sobre el tecno de Detroit recomiendo la visión de un estupendo vídeo donde se aborda el origen como género musical popular, exento de todo tipo de sustancias sicotrópicas, alcohol incluido. El vídeo se titula “La historia del TECHNO en DETROIT. Cómo la música salvó a una ciudad atrapada” https://www.youtube.com/watch?v=fUSnylLtzig Salud!
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Hola:
Sobre el comentario realizado por Juan a raíz de la película “Sirat. Trance en el desierto” donde ponía en cuestión el valor de contestación al sistema a través de las “raves”, o fiestas multitudinarias de música electrónica, cabe hacer una pequeña aclaración.
Las “raves” tiene como finalidad la diversión de los jóvenes al margen del circuito comercial convencional. Se debe de tener en cuenta que el circuito cultural convencional forma parte del discurso del poder para instalar su narrativa. En este sentido, un ejemplo significativo es la compra masiva de festivales musicales por parte de entidades cuya matriz esIsrael, la más importante de todas, el fondo israelí KKR:
https://www.elcorreo.com/culturas/musica/festivales-gestiona-polemico-fondo-proisraeli-20250517171339-nt.html
No dominar estos circuitos representa una amenaza directa contra el establishment, como se pudo comprobar recientemente en el festival de Glastonbury, en el que el cantante Bob Vylan se presentó en el escenario apoyando a Palestina y gritando (coreado por el publico) “death to the IDF” (IDF son las siglas del ejercito israelí).
https://x.com/zei_squirrel/status/1939741001431576894
Este concierto está siendo investigado por antisemitismo por el gobierno inglés, y a los artistas que participaron en él se les ha retirado la visa para entrar en EEUU.
Por otra parte, la música electrónica de baile representa un amplio abanico de géneros. El “bumbum” mencionado por Juan alude al tecno, originario de Detroit, al House, originado en Chicago o a la electrónica europea y sus diversas ramificaciones (en Valencia, la ruta del Bacalao generó su propio subgénero y se puede decir lo mismo de Ibiza).
Sobre el tecno de Detroit recomiendo la visión de un estupendo vídeo donde se aborda el origen como género musical popular, exento de todo tipo de sustancias sicotrópicas, alcohol incluido.
El vídeo se titula “La historia del TECHNO en DETROIT. Cómo la música salvó a una ciudad atrapada”
https://www.youtube.com/watch?v=fUSnylLtzig
Salud!
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