viernes, 23 de enero de 2009

klartelera 22 enero 2009

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Resumen de críticas (27min).

    Críticas de:

  1. W. (9min) (imdb)
  2. La clase (37min) (imdb)
  3. El truco del manco (1h 8min) (imdb)
  4. Revolver (1h 16min) (imdb)
  5. La semilla del mal (1h 19min) (imdb)
  6. Guerra de novias (1h 25min) (imdb)
  7. Siete almas (1h 30min) (imdb)

Recomiendan: La clase, El intercambio, Mi nombre es Harvey Milk, Una familia con clase, Vicky Cristina Barcelona, Estómago, Gomorra e Import/Export.

Próximos estrenos (1h 48min): Revolutionary Road, El gran Stan, el matón de la prisión, Transporter 3, La mujer del anarquista y Arropiero, el vagabundo de la muerte.

Los oyentes opinan:

Suzannelove sobre La clase. Me pareció una película bastante rigurosa, honesta y transparente, recomendable en suma. [...] La película servirá a los no docentes para acercarse a este entorno de forma muy fiel; la película no destaca por su realización, sino que se prefiere, a mi entender, una realización visualmente neutra pero muy próxima, sin grandes artificios técnicos ni una realización especialmente cuidada. En ese sentido me pareció divulgativa. La película, como comentaban en el programa, no ofrece soluciones, sino que pretende reflejar cómo son las cosas.

5 comentarios:

suzannelove dijo...

LA CLASE

Me pareció una película bastante rigurosa, honesta y transparente, recomendable en suma. En mi caso puedo aportar mi visión de profesora de instituto, con alumnos de la ESO de la misma edad que los del curso que aparece en la película, y además de la misma materia, lengua castellana y literatura. Yo sentí una intensa sensación de familiaridad; realmente vivo a diario situaciones muy parecidas. Veo alumnos interesados en aprender pero observo que es más abundante la desgana y falta de motivación que aparece en la película, y la réplica al profesor cuando se les reprende. Es cierto que en ocasiones algunos alumnos no se molestan en sacar los libros siquiera, porque no les preocupa si van a suspender una asignatura más o menos. No valoran, como dijo Juan, que a pesar de que "los conocimientos [algunos] que se adquieren en esa etapa de formación difícilmente van a coincidir con las necesidades profesionales de una etapa posterior" el conocimiento es poder y: "Lo importante es el hábito de trabajo", la disciplina, el esfuerzo. Asimismo es habitual tener alumnado extranjero en las aulas que no entiende el idioma y cuyos padres también lo desconocen, con lo cual no puedo comunicarme con ellos sin dificultades. Además hay alumnos que tienen una adaptación curricular, es decir, trabajan con un material diferente adaptado a sus necesidades por un psicoterapeuta, debido a que tienen una capacidad intelectual menor. En definitiva, hay mucha diversidad. Y en mi caso, como digo, no me son ajenos en absoluto todo ese tipo de situaciones, a diario me veo obligada a lidiar con ellos, porque la enseñanza a menudo a esas edades es una lucha por culpa de algunos descerebrados que desequilibran la clase, un alumnado al que considero, desgraciadamente para ellos, falto de alicientes, de madurez y en muchos casos de un entorno adecuado, con familias desestructuradas, víctimas de adicciones... Por supuesto está muy lejos de mi voluntad escandalizarme con estos hechos ni lamentarme con soflamas airadas, no creo que sea una actitud constructiva. En la película no sucede así, ya resaltó favorablemente Pablo su "falta de estridencia"

La película servirá a los no docentes para acercarse a este entorno de forma muy fiel; la película no destaca por su realización, sino que se prefiere, a mi entender, una realización visualmente neutra pero muy próxima, sin grandes artificios técnicos ni una realización especialmente cuidada. En ese sentido me pareció divulgativa. La película, como comentaban en el programa, no ofrece soluciones, sino que pretende reflejar cómo son las cosas

Como nota, me parecieron curiosos los conocimientos que se abordan en clase, en la que apenas se estudian conceptos gramaticales o sintácticos, limitándose a aprender destrezas o competencias prácticas, a lo que se le da mucha importancia hoy en día, lo cual comparto: el léxico, el valor de la lectura, la expresión escrita -cada uno escribe su "autorretrato"-). La actitud del profesor hacia los alumnos me pareció un tanto hostil a veces, considero que puede llegar a ser contraproducente, yo todavía no he llegado a sentir acritud, aunque sí desánimo cuando paso buena parte de la clase advirtiendo a los que no dejan escuchar a los demás, hablando y revolviéndose en los asientos. Y es que además la ratio máxima para la ESO es de 30 alumnos por clase, una cantidad excesiva a todas luces si hablamos de alumnos con edades comprendidas entre los once y los quince años.

Termino con unas ideas de Ken Bain:
-El conocimiento es construido, no recibido.
-Los modelos mentales cambian lentamente.
-Las preguntas son cruciales.
-El interés es crucial.

suzannelove dijo...

Me parece interesante este artículo al hilo de todo lo que se ha venido comentando:


¿DE QUIÉN ES TU MIRADA?

Artículo de Áurea Ortiz en el Cahiers du cinéma nº 14, julio-agosto 2008

El año pasado, tras el visionado en clase de La noche (Michelangelo Antonioni, 1960), un pequeño grupo de alumnos se rebeló. No entendían aquello, qué diablos era esa película lenta y aburrida en la que no pasaba nada. Así que nos pusimos a analizar por qué les molestaba tanto e intenté que se dieran cuenta de que sí pasaban muchas cosas, sólo que no al modo en que ellos, espectadores de otro tipo de cine, estaban acostumbrados. [...] realmente no lo veían, prisioneros como estaban de una única forma narrativa y de un modelo de relato totalitario que no encontraban por ningún lado en las imágenes de Antonioni.

No se les puede echar la culpa, como algunos ya estarán pensando, ni tampoco andar tronando por los pasillos al grito de ¡¡esta juventud!! Al fin y al cabo, era la primera vez en su vida que estudiaban cine, hasta entonces no más que una actividad lúdica de fin de semana o una excusa para apoltronarse en el sofá ante la tele, y andaban descubriendo muchas cosas: que el cine se puede estudiar y reflexionar, que la imagen se analiza y que es ahí donde está el sentido, que hay muchos modos de construir una imagen y de contar una historia o que hay muchas historias que contar.

Frente a la rebelión de mis alumnos, el desafío de la revelación: si ellos se rebelan, yo les revelo [...]. Me importa un bledo si desconocen las filmografías completas de Friedrich W. Murnau o de Ingmar Bergman [...]. Mi empeño consiste en conseguir que les interese ir a las fuentes, que ese concreto grupo de alumnos, consumidor exclusivo de cine mainstream antes de comenzar la asignatura, llegue a plantearse –tras ella- ver otras cosas y las pueda disfrutar.

[...] El hecho tiene que ver, mayormente, con el mercado, claro, y la actitud del grupo de estudiantes deriva directamente de esa tiranía mercantil. Pero hay otras formas de invisibilidad. De hecho, el canon de la Historia del Cine se ha construido sobre esa idea, de modo que Oriente o Latinoamérica sólo aparecen en él cuando empiezan a hacerse perceptibles a Occidente, como si los habitantes de esta parte del mundo fuéramos los dueños de la mirada.

Este es el quid. Todos nos consideramos amos de la mirada, no sólo los que controlan el negocio. La crítica decreta lo que es digno de ser visto y no ser visto y la historia del cine visibiliza a unos e invisibiliza a otros para construir un relato canónico y pedagógico, aunque excluyente. Ahora, gracias a Internet y a la tecnología podemos acceder a casi todo tipo de cine, pero eso no significa que sea visible. Porque para que lo sea hace falta algo más: un deseo de mirar y una voluntad de conocer que estén por encima de nuestro prejuicio. No hay más que ponerse a ello.

LoveSick dijo...

No conocía el artículo de Áurea, fui alumno suyo y con el tiempo hemos desarrollado una buena amistad. Precisamente había quedado con ella el día que ella menciona y estaba bastante preocupada por lo sucedido, de hecho cuando estudiaba sucedió algo parecido con otra profesora e Ingmar Bergman. Llegamos a la conclusión de que por muy universitarios que sean los alumnos, su visión del cine (y a veces no sólo del cine) es muy limitada. Y no sólo desde un punto de vista formal, los alumnos de hoy en día no se dan cuenta de que la mayor parte de películas de Hollywood transmiten una serie de valores más que conservadores, reaccionarios: vida familiar, homofobia y misoginia, enaltecimiento de la belleza física y de la posesión del dinero... Y la verdad es que ante esto, Áurea (y no sólo ella) siempre se ha mostrado muy combativa.

Me ha gustado mucho lo que ha escrizo Suzanne (Mercedes?) sobre La clase y tengo muchas ganas de verla, a ver si cuando pase la gripe me acerco. Lo que no sé es si alguien ha mencionado o se acuerda de una gran película de Tavernier, "Hoy empieza todo", que hace ya 10 años denunciaba la situación de la educación en los barrios periféricos.

suzannelove dijo...

Parte de lo que has escrito, LoveSick, sobre lo de que los alumnos pueden llegar a tener una visión limitada, y los valores reaccionarios de ciertas películas de Hollywood, me ha recordado un fragmento de un libro de Laurent Jullier, '¿Qué es una buena película?':

"[...] Una película para los jóvenes, para las mujeres, para el país, para las amas de casa de más de cincuenta años... A este neotribalismo, que se supone que deja en paro al estético, la industria cinematográfica tiene dos formas de responder.

La primera consiste en ignorarlo, basándose en el modelo del cine americano clásico, que se proponía reunir a individuos diferentes en la celebración de valores comunes. Hollywood vuelve a jugar así la carta federadora del entertainment, pero de otra manera, más individual y más cool –es decir, posmoderno- gracias a las películas-conciertos que producen sensaciones fuertes (en su sentido igualmente cuantitativo). La extraordinaria acumulación de imágenes que vomitan día y noche las pantallas del mundo contribuye a que se promueva la lectura en el estómago, condenando a sus productores a una alocada carrera en busca del efecto, del impacto, de la promesa de una felicidad contenida en cada comienzo de plano. Muy lejos de nivelar cualquier veleidad de valoración artística cuantitativa en el espectador, esta estrategia valoriza y destaca la función del cuerpo y, por lo tanto, a menudo resulta fácil decir si la película nos ha producido el efecto pretendido o no.

La segunda estrategia consiste en tener en cuenta escrupulosamente el mosaico tribal, por consiguiente, en producir películas que funcionen como spots publicitarios, es decir, películas que lleven en sí mismas determinados signos que no tenemos más remedio que reconocer, sin los cuales uno está excluido. Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999) o American Beauty (Sam Mendes, 1999) halagan a la generación más rentable del mercado cinematográfico occidental [...]. El sistema de halago puede ser directo (los personajes del corte de edad concerniente son agradables, sencillos, forzosamente cools y eventualmente víctimas de la generación que les precede) o indirecto (la película multiplica las alusiones a películas recientes recibidas con entusiasmo por ese público, en las que se siente reconocido, arrojando al mismo tiempo a los más viejos, incultos, a la expectativa). Esta operación aparece como una caricatura del concepto del querer artístico, puesto que la obra está concebida como un objeto adaptado, condenada a inscribirse en las expectativas de su tiempo.

[...] El medio cinematográfico, como es bien sabido, está muy marcado por la industria de la diversión, de la que se puede decir que existe un contrato implícito que regula el trueque de una suma de dinero a cambio de la promesa de pasar un buen momento. El uso dominante, en el espacio público a escala mundial, consiste en extraer de la película, por encima de todo, placer, de manera que consiga hacer "el universo menos horroroso y los instantes menos pesados" (Baudelaire). Este poder consolador –del que se burla Woody Allen en La rosa púrpura del Cairo por medio del personaje de la fan cinematográfica interpretado por Mia Farrow- desconsuela, por supuesto, a toda una línea crítica que recorre, por lo menos, desde el platonismo hasta el marxismo, ya que los pensadores modernos valoran una práctica artística susceptible de ir en contra de las facilidades opiáceas [...]. Rechazan la dimensión casi carnal que adquieren ciertas obras "sensuales" [...]. Los modernos valoran la ruptura que despierta, la aspereza que conmociona, y para Adorno, "la disonancia procura mucho más placer que la consonancia. Es lo que devuelve el ojo por ojo al hedonismo"


Vi 'Hoy empieza todo' hace tiempo y no la recuerdo demasiado, aunque me gustó. También me han recomendado 'If...', voy a ver si la consigo de alguna manera

Un saludo

LoveSick dijo...

Es cierto que la banalización del cine legitima a veces la pregunta de si el cine es arte o no, sólo hace falta echarle un vistazo a la tele de sobremesa (los que la tengan) para comprobarlo. Y duele por la parte elitista, pero realmente el cine es una potente arma de reflexión por muchas razones, el poder de las imágenes, su formato (la duración no suele ser excesiva en comparación con los ensayos literarios), por lo barato de sus medios de reproducción y sobre todo porque fácilmente las experiencias se pueden poner en común. Lo malo es cuando se trata al cine como una frívola mercancía, una producción seriada en la que un producto no se diferencia de otros. La mejor muestra es el hecho de que los tráilers expliquen por completo la historia, realmente esto podría no ser así, los directores podrían firmar la autoría o el control de los tráilers si realmente les importara el contenido (así lo hacían Hitchcock y Kubrick entre otros), pero, ¿qué más da? No se plantean que el cine sirva para pensar porque ellos tampoco piensan.

If... se puede encontrar en el mule, en vo (sin subtítulos o con subtítulos en francés) o en versión doblada. Poniendo If Lindsay Anderson se encuentra. La vi hace tiempo y la recuerdo como la más experimental del free cinema y a la vez de las más combativas ya que presentaba un ataque frontal a las instituciones conservadoras más asentadas de Inglaterra. Anderson continuó dirigiendo muy buenas películas, como Mirando hacia atrás con ira y sobre todo Britannia Hospital, una cruel sátira sobre el sistema sanitario.

Salut